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La lucha incansable contra las desapariciones forzadas en Honduras, de los 80 al presente.

9 septiembre, 2015

El 30 de agosto pasado se conmemoró el Día Nacional del Detenido-Desaparecido en Honduras. En un foro organizado por el COFADEH en este marco, su coordinadora Bertha Oliva destacó que la elección de esta fecha de conmemoración surgió de una reunión de la Federación de Familiares de Detenidos Desaparecidos en América Latina (FEDEFAM) en 1984 en Venezuela, en la cual se constató que precisamente agosto era el mes en que se produjeron mayores desapariciones forzadas ejecutadas por agentes de los diferentes Estados latinoamericanos en obediencia a un plan macabro impulsado por Estados Unidos contra dirigentes y defensores de derechos humanos de los movimientos sociales.

Bertha Oliva agregó que “Por eso en ese congreso, declaramos que las organizaciones íbamos a luchar para que en cada país se pudiera lograr el Día Nacional del Detenido Desaparecido. En 1984 proponernos ese objetivo era muy difícil; porque estábamos en plena implementación de la Doctrina de Seguridad Nacional”.

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El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), fue creado en 1982 por 12 familias de víctimas de desapariciones forzadas, para lograr un claro objetivo: recuperar con vida a sus parientes desaparecidos por el Estado. Desde esa fecha, el COFADEH sigue luchando incansablemente contra la impunidad y por la justicia y el respeto a los derechos humanos. La organización logró que en 2002, el 30 de agosto sea reconocido oficialmente como el Día Nacional de Detenido Desaparecido en Honduras, mediante decreto legislativo.(1)

El COFADEH registra 184 casos de desapariciones forzadas desde finales de los años 70 hasta principios de 90; a éstas se deben agregar decenas de desapariciones que nunca fueron reportadas. La desaparición de James («Guadalupe») Carney, un sacerdote jesuita de origen estadounidense, nacionalizado hondureño, es uno de los 184 casos registrados, y su rostro aparece con los desaparecidos en la sede de COFADEH y en las vigilias que se realizan cada mes.

COFADEH, en coalición con otras organizaciones, ha acompañado estos casos que ha documentado, acudiendo al sistema de justicia nacional e internacional. Varias de sus denuncias por asesinatos y desapariciones forzadas de dirigentes sociales llegaron hasta el sistema interamericano de derechos humanos.

El Estado de Honduras condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el crimen de desaparición forzada:

Las dos primeras sentencias contenciosas que dio la Corte Interamericana de Derechos Humanos desde su creación, resultaron ser justamente condenas al Estado de Honduras, por desapariciones forzadas. En 1988, en su primera sentencia, la Corte interamericana condenó al Estado hondureño por la tortura y desaparición forzada del joven estudiante Manfredo Velázquez Rodríguez. Esta sentencia afirma que «ha sido probada en el proceso la existencia de una práctica de desapariciones cumplida o tolerada por las autoridades hondureñas entre los años 1981 y 1984 ». Luego, en el caso Saul Godínez Cruz, en 1989, nuevamente el Estado es condenado por la desaparición forzada del joven, por parte de miembros de cuerpos de seguridad del Estado. Que la Corte declare culpable a un Estado por secuestro, tortura y desaparición forzada, es algo histórico para América Latina, es el reconocimiento legal de lo que ya se sabía en Honduras, y que las autoridades negaban : a partir del año 1981 la desaparición forzada se convirtió en una política de Estado enmarcada en la Doctrina de Seguridad Nacional.

En estos casos, la Corte condenó al Estado a indemnizar a los familiares de las víctimas, a investigar los hechos y a castigar a los responsables. En el año 2003 el Estado de Honduras volvió a ser condenado en la misma Corte por la desaparición seguida de muerte de Juan Humberto Sánchez, en 1992. Sin embargo, a pesar de estas sentencias condenatorias, en ninguno de estos casos se ha investigado y llevado ante un tribunal a los supuestos responsables de estos crímenes.

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Impunidad

Existe total impunidad en casos de asesinatos políticos y desapariciones forzadas de la «década perdida». En los 80 hubo investigaciones judiciales pero todos los presuntos culpables fueron sobreseídos. Luego, entre 1995 y 2000, se abrieron nuevos casos, pero de todos los casos de los 80, hubo una sola sentencia condenatoria en el caso de la desaparición forzada temporal de seis estudiantes, en la cual el Ex-Director de la Dirección Nacional de Investigación Juan Blas Salazar Meza fue sentenciado a dos años de cárcel (2).

Hoy en día, los autores de violaciones a derechos humanos de los 80, lejos de sentir temor por ser algún día encarcelados, siguen en libertad, varios de ellos trabajando en asesoría en temas de seguridad.

16 casos nuevos de desaparición forzada

Además de todos los crímenes del pasado que quedaron en absoluta impunidad, el espectro de este crimen de lesa humanidad volvió recientemente a la realidad de los hondureños. Después del Golpe de Estado de 2009, el COFADEH ha documentado 16 casos de desapariciones en el país. Esta práctica resurgió como una estrategia para imponer el terror y reprimir a la protesta social.

Un ejemplo emblemático es el caso de Reynaldo Cruz Palma, un caso de desaparición forzada que tristemente sucedió el mismo día en que se conmemora al Detenido Desaparecido, el 30 de agosto de 2011.

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José Reynaldo Cruz Palma era un líder comunal, el Presidente de Patronato de la Colonia Planeta de San Pedro Sula. Apenas dos días antes de su desaparición, él y su esposa habían realizado acciones en favor de 10 personas detenidas ilegalmente en su colonia. También, dos meses antes Reynaldo había denunciado en la televisión los abusos de la policía durante un operativo en su colonia, lo cual se concluyó con la muerte de siete supuestos pandilleros.

Ese día 30 de agosto, fue raptado por hombres armados, cuando se encontraba en un bus cerca de San Pedro Sula, junto a su esposa. Se lo llevaron por la fuerza en dos carros, incluso uno de la policía preventiva. Desde ese día, no se supo nada de él. Sus familiares se presentaron a la policía el mismo día pero ésta se negó a tomar la denuncia. Pidieron el apoyo del COFADEH y juntos han hecho todas las denuncias legales, pero no han recibido ninguna respuesta. La única respuesta es que el caso «está en investigación» pero no se han emitido ni una orden de captura, ni tienen nombres de los supuestos responsables. Los familiares de Reynaldo responsabilizan a la Policía por la desaparición de su ser querido. Debido a la persecución que recibieron luego e haber denunciado su desaparición, que incluyen amenazas y atentados, su esposa Nubia Carbajal tuvo que abandonar el país en 2013 (3).

Reapertura de casos de los 80 ?

El 28 de agosto, la Coordinadora de la Fiscalía Especial de Derechos Humanos del Ministerio Público, Soraya Morales, anunció la reapertura de la investigación de las muertes ocurridas en la década de los 80, con el fin de retomar las averiguaciones para la investigación de 184 expedientes. Anunció que “se ha abierto una unidad para dar respuesta a estos casos que han estado en la Fiscalía de Derechos Humanos y que no han tenido un impulso procesal; ya tenemos casos judicializados, otros sin judicializar y se ha destacado un equipo fiscal para ese hecho”.

El anuncio de la Fiscalía de reabrir investigaciones de casos de los 80 ha sido recibido con cautela por COFADEH y otros defensores de derechos humanos. No parece casualidad que este anuncio se haya hecho precisamente el mismo día que tuviera lugar una audiencia privada de supervisión de cumplimiento de las sentencias de la Corte interamericana de Derechos Humanos en contra del Estado hondureño (4). Además, se da justamente mientras el Estado hondureño está apurado para entregar un informe al Comité de la ONU sobre las desapariciones forzadas, por lo cual tiene retraso. En un contexto de impunidad extrema, defensores de derechos humanos se preguntan si este anuncio de reapertura de casos no responde más a una estrategia del gobierno para dar una imagen de respeto a los derechos humanos frente a los organismos internacionales, que a un compromiso real con la justicia y contra la impunidad.

Mientras los casos de desaparición forzada del pasado quedan en total impunidad, y nuevos rostros de personas desaparecidas aparecen en las paredes y vigilias de COFADEH, la organización sigue más que nunca su lucha por la verdad, la justicia y contra la impunidad.

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Para saber más sobre las desapariciones forzadas en Honduras:

El sitio de COFADEH: cofadeh.hn o www.cofadeh.org/html/desaparecidos/index.htm
El informe del ex-Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Leo Valladares, “Los hechos hablan por sí mismos” , informe sobre los desaparecidos en Honduras, 1980-1993.
Sobre la desaparición de Reynaldo Cruz Palma, artículo de Daniel Valencia Caravantes publicado en Sala Negra: “Los desaparecidos no existen en el país más violento del mundo

1 Y a nivel internacional, en 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió declarar el 30 de agosto Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.
2 Ver su caso en http://www.cofadeh.org/html/violadores%20ddhh/juan_blas_salazar.htm
3 Ver este artículo de defensoresenlinea.com describiendo varios casos de desapariciones después del Golpe.
4 Ver este artículo en Conexihon : Honduras rinde cuentas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos

Un proyecto de COFADEH para recordar a las víctimas de desapariciones forzadas: La Ruta de la Memoria Histórica

30 agosto, 2014

Hoy, 30 de agosto, se celebra el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

Para conmemorar a las 184 víctimas desaparecidas durante los 80 y 90 en Honduras, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) inició el proyecto Ruta de la Memoria Histórica”, un recorrido a diferentes lugares emblemáticos de la política de terror del Estado en esta época que obedecía a una estrategia claramente estructurada, usando una violencia cruel bien calculada.

Personas que soñaban con un futuro mejor fueron detenidas ilegalmente por ser insurgentes o en oposición a la política del Estado por la COBRA (Policía Antisubversión), la TESON (Tropas Especiales para Operaciones de Selva y Nocturnas) o por el Grupo de los 14 (escuadrones de muerte del Batallón de Inteligencia 3-16).

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Siguiendo la Ruta de la Memoria Histórica se encuentran lugares en donde estas personas fueron detenidas, torturadas y clandestinamente enterradas.

El punto de partida es la oficina de COFADEH, donde no sólo está su centro documental, sino también paredes llenas de imágenes de personas desaparecidas, padres, madres, hijas, hijos, hermanas y hermanos que desaparecieron. Pocos volvieron. No hay suficiente espacio ni palabras para expresar el dolor y la desesperación de las familias que jamás van a saber lo que pasó con sus seres queridos ni dónde están enterrados.

Después de visitar la Plaza de la Merced, donde desde 33 años Cofadeh protesta cada primer viernes del mes contra esta desaparición forzada, se sigue la Ruta. Se enfrenta a lugares horrorosos como la casa del terror, situada en la finca de Amilcar Zelaya en Amarateca, en la cual las personas detenidas soportaban torturas brutales inimaginables antes de sufrir una muerte cruel.

Se constata que el portón del Hogar el Diamante, en aquel tiempo campo de la Contra Nicaragüense, tiene las estructuras idénticas al portón de la finca en Amarateca. Ahí hay otra vez un lugar, en el cual los detenidos fueron torturados. En este Hogar se sospecha que hay un cementerio clandestino cerca de la cuesta del Río Frío.

Y se constata que la violencia es estructural y sigue en el presente, aplicada de otra manera, pero siempre conforme a la estrategia de un Estado que no respeta los derechos humanos.

La última estación de la Ruta es el Hogar contra el Olvido, sitio inolvidable por emitir una aura tranquila llena de luz y de paz. El recuerdo de todas las personas desaparecidas se queda vivo, intangible, esperando la verdad.

Para más información:

Acompañantes internaciones recorren la “Ruta de la Memoria” que muestra la impunidad

 

Exhumación en el Aguán: en búsqueda de la verdad

27 May, 2013

Del 23 al 26 de abril del 2013, el Proyecto de Acompañamiento internacional en Honduras (PROAH) acompañó a miembros del COFADEH (Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras) al Bajo Aguán, dónde se llevó a cabo la exhumación de una osamenta humana que fue encontrada  por campesinos en la finca Paso Aguán, en cercanías de la comunidad Panamá.

 El COFADEH, a petición de la comunidad y de los familiares de José Antonio Lopez Lara, desaparecido el 29 de abril del 2012 en la finca Paso Aguán, solicitó a expertos de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) que practicaran la exhumación con la debida autorización de las autoridades judiciales de Trujillo, departamento de Colón, y el acompañamiento de la Fiscalía de Derechos Humanos de Honduras.

El abrazo de doña Elena es fuerte y acogedor. Su cuerpo delgado y ágil no demuestra sus 79 años; su mirada directa y aguda es la de una mujer que aunque sufrió durante toda su vida, hasta el dolor más grande de la desaparición de un hijo, no se puede resignar y sigue luchando para obtener justicia.

                                                                                            madre de López Lara

                                                                                            Doña Elena

La angustia de doña Elena y de su familia empezó hace un año, cuando José Antonio López Lara, un campesino de 46 años, desapareció el día 29 de abril de 2012. Salió de su casa en la comunidad de Rigores (Trujillo, Colón), para buscar pescado en el río Ilanga, cuyas aguas colindan con la finca palmera Paso Aguán, en aquel entonces en las manos del terrateniente Miguel Facussé Barjum. Según dice Saudi, la hija mayor de José Antonio, ya los guardias de Facussé habían amenazado a su padre con matarlo y desaparecerlo por acercarse a la finca.  El día de su desaparición, “alrededor de las 10 de la mañana, algunos campesinos del lugar dicen haber escuchado 4 disparos”[1]. Sin embargo, nunca se volvió a saber de José Antonio hasta el día 3 de abril de 2013 cuando se encontró una osamenta humana sepultada en una fosa clandestina en la finca Paso Aguán que colinda con la comunidad Panamá. El hallazgo de la fosa, a unos 200 metros del lugar en donde supuestamente José Antonio estuvo pescando, sugirió que pudiesen ser sus restos.

Antes de José Antonio López Lara, por lo menos tres campesinos relacionados con la finca Paso Aguán han sido reportados como desaparecidos. El 15 de mayo de 2011 desapareció Francisco Pascual López (37 años), mientras pastoreaba ganado. Un niño escuchó disparos, pero el cuerpo no fue encontrado. Entretanto Antonio Gómez (55 años), miembro del movimiento Nueva Vida de Rigores y campesino en la finca Panamá, desapareció en febrero de 2012 y el vigilante de la finca Panamá Lito Rivera (35 años) desapareció en el camino rumbo a su trabajo en la tarde del día 30 de enero de 2012.

Los guardias y los propietarios de la finca siempre impidieron a los familiares y amigos de los desaparecidos que buscaran los cuerpos que les permitiera esclarecer la verdad. Fue con la desaparición del dirigente campesino Gregorio Chávez, el 2 de julio de 2012, cuyo cuerpo sin vida fue hallado tres días después en la finca Paso Aguán, y con la recuperación de la finca por parte de los campesinos, que se constituyó una comisión encargada de la búsqueda de las demás víctimas y que, después de tres falsas alarmas, el 3 de abril de 2013 se halló otro cuerpo[2].

A pesar de que la familia de José Antonio López Lara acudió de inmediato a la posta policial para denunciar la existencia de la fosa ilegal, sospechando que pudiera tratarse de su pariente, la policía no dio seguimiento a la demanda. Por eso, aunque José Antonio no formase parte de ningún movimiento de lucha campesina en la zona, el Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) y otras organizaciones decidieron no silenciar el hecho y se organizaron para que se exhumaran e identificaran los restos de forma oficial.

Primero, cercaron la zona y decidieron turnarse en grupos de 10 durante el día y de 50 hombres durante la noche para que nadie pudiera borrar las huellas de uno o quizás más de las víctimas del violento conflicto agrario que sigue en curso en la región. Después, empezaron el proceso formal para que se pudiera proceder con la exhumación. Primero, la petición fue presentada al tribunal de Trujillo por la Fiscalía Especial de Derechos Humanos, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), los parientes de desaparecidos en el Bajo Aguán y el MUCA. Después, el tribunal de Trujillo  se encargó de finalizar el procedimiento. La exhumación se llevó a cabo el día 25 de abril. El proceso fue desarrollado por expertos de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG), el arqueólogo Leonel Paíz y la antropóloga Alma Vázquez.

Cuando, al amanecer, los expertos de Guatemala llegaron al sitio del hallazgo con los los miembros de COFADEH, acompañantes internacionales y los periodistas, la familia de José Antonio ya estaba reunida bajo una carpa: doña Elena, sus hijos, nietos y bisnietos y Rosa, la esposa de José Antonio, con sus dos hijos de 3 y 8 años. Junto a la familia, el lugar estaba vigilado por decenas de miembros de la policía preventiva y del ejército. Por un lado, familiares y defensores de derechos humanos sin armas, en búsqueda de una chispa de verdad; por otro lado, hombres armados y entrenados para la guerra.

                                                                                              contingente policial                                                                                                          Contingente policial

un militar de Xatruch III observa de cerca Militar de Xatruch III durante la exhumación

El sitio del hallazgo estaba marcado por una cruz de caña. Aquí, en la sombra de la palmera, empezó el proceso de exhumación. Leonel y Alma dieron órdenes seguras a los tres campesinos que les ayudaban en la excavación: midieron, marcaron, tomaron fotos, filtraron la tierra.

 Los expertos forenses colocan marcas antes de excavar

                                                                                         Los forenses empiezan la excavación

 Todos les seguíamos en silencio casi sin respirar, en una atmósfera irreal. Poco a poco, el alrededor se iba llenando de personas. Decenas de campesinos se habían acercado despacio hasta rodear el recinto con su abrazo de solidaridad y sus mantas rojas de protesta contra la militarización de la zona y la represión de su lucha. Y allí se quedaron, de pié y callados, todo el día.

 campesinos abservan el proceso

Campesinos observan el proceso

Entorno al mediodía, aparecieron los primeros rastros del cuerpo: las botas de goma y el cráneo, recostado sobre su mejilla derecha, como si durmiera. Y después la bolsa rayada, y la cuerda para pescar, que su misma esposa le había dado en la mañana, antes de salir de la casa, y el pescado, sepultado con él. “¡Es él!” exclamó una de sus hermanas “Ya lo sabía. Fue una corazonada. Desde el principio lo sentí que era él.” Doña Elena se acercó a la fosa y se abandonó en un largo llanto de liberación, cubriéndose la cara con un pañuelo blanco. A las cuatro de la tarde los compañeros enrollaron sus mantas y se marcharon en silencio, así como habían llegado. Después de un impactante ritual fúnebre y de las palabras fuertes del pastor Rigoberto Ulloa y del sacerdote jesuita Juan Colato,los restos óseos fueron conducidos a un vehículo de la Fiscalía, para trasladarlos a la unidad de Medicina Forense del Ministerio Público en Tegucigalpa, en donde, al día siguiente, los forenses llevarían a cabo los análisis morfológicos de los restos. El laboratorio certificado de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala se hará cargo de los exámenes de ADN para que la identificación sea completa.

 osamenta completa. Con características físicas y objetos encontrados se cree que es Jose Antonio López Lara

 Osamenta completa

No cabe duda que, al confirmarse de manera científica y oficial que la osamenta recuperada en la exhumación del pasado 25 de abril corresponde a la del desaparecido José Antonio López Lara, el movimiento campesino del Bajo Aguán obtendría una victoria importante en su lucha por la defensa de la tierra.

Fotos de Marvin Palacios: http://www.defensoresenlinea.com/cms/index.php?option=com_content&view=article&id=2558:imagenes-del-proceso-de-exhumacion-en-el-bajo-aguan&catid=42:seg-y-jus&Itemid=159


[1] Entrevista a Saudi, una de las hijas de José Antonio López Lara:  http://nicaraguaymasespanol.blogspot.com/2013/04/honduras-el-peor-castigo-para-el.html

COFADEH celebra 30 aniversario; simbólicamente presentando 4 casos ante la CPI

21 diciembre, 2012

4 CASOS EMBLEMATICOS
Solo dos semanas después de celebrar su 30 aniversario el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) anunció su intención de presentar 4 casos de violaciones de derechos humanos ante la Corte Penal Internacional. Según su comunicado del 14 de diciembre, los casos son emblemáticos de la situación de impunidad en Honduras y también de la influencia hegemónica de la política de seguridad hemisférica de los Estados Unidos.

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Padre de Ebed Yanes. El niño de 15 años fue asesinado por el ejército hondureño. Este caso es uno de los 4 que van a presentar a la CPI. (foto de COFADEH)

Los 4 casos emblemáticos que COFADEH presentará al sistema universal de justicia son sintomáticos de un sistema de impunidad en el cual el gobierno estadounidense tiene una mano dura. Cada uno de los casos señala el involucramiento de los EEUU en violaciones a derechos humanos. En el caso Ahuás (enlace en inglés), el papel de agentes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), en la masacre de campesinos indígenas en mayo del 2012 está abordado. Conclusiones preliminares que salieron en el apéndice del comunicado del COFADEH del 14 de diciembre dicen, “En el caso de Ahuás las evidencias arrojan una intervención directa de agentes estadounidenses en la comisión de los asesinatos y en la interrupción del proceso penal.” También recalca la militarización del país como un resultado directo de la influencia estadounidense y una causa directa de abusos de derechos humanos en Honduras

MEMORIA HISTORICA

El COFADEH es reconocido como una de las organizaciones de derechos humanos más respetadas en Honduras. El comité fue fundado en 1982 como respuesta a las detenciones masivas y desapariciones forzadas de la década de los ochenta. La organización se ha convertido de un pequeño grupo de mujeres demandando justicia para sus familiares a una organización destacada en el área de derechos humanos. Miembros del COFADEH son regularmente amenazados por su trabajo. La organización entera ha recibido medidas cautelares por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Primeros balazos disparados contra el monumento de COFADEH (foto de COFADEH)

Primeros balazos disparados contra el monumento de COFADEH (foto de COFADEH)

COFADEH declaró el año 2012, en su 30 aniversario, como ‘el año contra la impunidad.’ En conmemoración a esta fecha, la organización inauguró un monumento el 30 de agosto, Día Nacional e Internacional del Detenido Desaparecido. El monumento se edificó en el sitio en donde se localizó un cementerio clandestino que fue exhumado en 1995, ubicado a cinco kilómetros antes de llegar a la ciudad de Danlí, en el departamento de El paraíso, en la zona oriental del país. Días después de la presentación, el monumento fue atacado a balazos y 50 días después de su inauguración lo desaparecieron. La coordinadora General del COFADEH, Bertha Oliva, denunció este ataque contra la memoria de los desaparecidos en la celebración del 30 aniversario de la organización.
COFADEH celebró su aniversario el 30 de noviembre de 2012 con un foro en la mañana, seguido por un concierto la misma tarde. El foro, Memoria Histórica e Impunidad, empezó con presentaciones por Lisa Sullivan (SOA Watch), Bertha Oliva (Coordinadora General del COFADEH), Ludivina Hernández (Presidenta de COFADEH) y Oscar Aníbal Puerto (Instituto Hondureño de Desarrollo Rural, IHDER). Puerto declaró: “estamos celebrando el aniversario de la reserva moral de este país.” Lisa Sullivan subrayó el papel de los EEUU en Honduras y compartió una historia simbólica de su viaje en avión a Tegucigalpa donde un hondureño se desmayó y tres doctores norteamericanos le ayudaron. Notó que en vez de robarle la cartera y los zapatos, asistieronal hombre resucitándole. “Así deben de ser las relaciones entre nuestros países,” dijo Sullivan. Bertha Oliva enfatizó la importancia de la memoria para asegurar que la historia no se repita. El aniversario de COFADEH también fue honrado por Amnistía Internacional en Londres, Inglaterra donde la abogada Kenia Oliva estaba de gira.

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La pancarta en la celebración del 30 aniversario

El mensaje predominante de los presentes fue de gratitud. La lucha del COFADEH continuará. Según el periodista Marvin Palacios en su artículo sobre el foro aniversario “el COFADEH sigue con memoria informando los hechos pasados y presentes; procurando justicia, comunicando y articulando voces contra el olvido.”